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                                             EL ACOSO

Con todo, los hablantes debemos ser conscientes de qué hacemos cuando usamos una palabra: bullying tiene, en inglés, su maleta de matices (el abuso que ejerce el matón, el fuerte de la clase) , pero en español este anglicismo está desapegado de todo ese amplio sentido histórico que arrastra acoso. Hablar de bullying nos distancia del sentido animal que tiene la palabra vernácula. En una sociedad cada vez más alineada contra los casos de abuso, se está extendiendo de forma paradójica la palabra que, por su carácter aséptico, mejor los oculta. Ocurre igual con una palabra como minijob, que suena mojigata, inofensiva y pueril (como un minigolf), pero que esconde en realidad un empleo precario y mal pagado. La forma bullying como palabra nos está opacando todo lo negativo que hay en voces españolas con maletas muy cargadas: hostigamiento, intimidación, agresión, amenaza, manipulación, maltrato, tortura; acosar como atosigar, fastidiar, perseguir, importunar, agobiar, no dejar en paz... cansar hasta hacer que la víctima se rinda y baje los brazos. Todas esas palabras que parecen incomodarnos se relegan con un anglicismo esterilizado que esconde las connotaciones bajo la alfombra.

https://elpais.com/elpais/2018/05/01/opinion/1525191997_750645.html


                                    EL ORIGEN DE LA PALABRA

El Día Internacional de los Trabajadores que se celebra el 1 de mayo podría haberse llamado también Día de los Currantes, de las Kellys, de los Obreros y de muchas palabras más... Si usamos la palabra trabajo es porque escogemos la forma más general y menos marcada del español para designar a una ocupación física o mental que ejercemos, remunerada o no. Pero hay muchos otros vocablos que se usan y se han usado en español para referirse a los que trabajan.
El mejor trabajo del mundo era, según decía una campaña publicitaria, cuidar de una isla tropical de Australia, pero entonces tal vez no debiera llamarse trabajo, ya que en la raíz de esta palabra está la idea de llevar una carga pesada y dolorosa. Trabajar viene de un derivado del latín tripalium, pérfido invento de tortura parecido a una cruz de tres palos a los que se ataba a un reo para tostarlo al fuego o someterlo a otras adorables prácticas. Por eso, en su sentido más antiguo, el verbo trabajar se usaba en castellano con el significado de sufrir y padecer.
Hoy cuando decimos que algo es muy trabajoso en el sentido de que es costoso, difícil o sacrificado, estamos reviviendo ese antiguo valor de tortura. Claro que una vocal puede cambiarlo todo: si trabajar era en el castellano antiguo estar afligido y soportar penalidades, trebejar y trebejo significaban, en cambio, jugar, divertirse. Trebejos eran los enseres que se usaban para jugar los niños, o las bromas que podían gastarse los adultos entre sí. Una letra es también la leve diferencia entre estar parado y estar pagado. Te cambia la vida.

 https://verne.elpais.com/verne/2018/04/24/articulo/1524582530_120514.html

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